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ACERCA DE LA EXPOSICIÓN
Denominaciones y Retroscopías
CURADURÍA: VIRGINIA PÉREZ-RATTON
FECHAS EXPOSICIÓN: Marzo 2007
El objeto denominado en Adán Vallecillo
Después de terminar un evento como “Estrecho Dudoso”, que hizo coincidir en un tiempo y muchos espacios a artistas de varios continentes, TEOR/éTica se propone durante el año 2007y 2008, orientar sus exposiciones hacia una investigación más en profundidad de figuras individuales, sobre todo de la región pero sin dejar de proyectarse hacia el ámbito internacional.En algunos casos, la invitación busca ofrecer el reto de una exposición personal a jóvenes artistas cuya obra se ha desarrollado en los últimos años, y que de alguna forma son una especie de “segunda generación” que sigue al grupo de artistas, curadores o gestores que desde fines de los ochenta hacia la década de los noventa hicieron aportes sustantivos que alteraron de alguna forma el curso de la historia del arte en Centroamérica. En otros, se tratará de artistas más consolidados que puedan igualmente establecer un vínculo con el medio local. Paralelamente, hemos solicitado a una serie de críticos o curadores externos colaborar como ensayistas en las publicaciones regulares de las exposiciones de estos próximos dos años, e iniciamos este ciclo con un texto de Ramón Caballero, historiador de arte quien ha dedicado estos últimos años a reflexionar sobre el arte hondureño más reciente.
Para TEOR/éTica es muy grato presentar como primer invitado a exponer al joven artista hondureño Adán Vallecillo, que forma parte de una generación que podríamos llamar “post-mesótica”,nutrida no solo de las nuevas formas de abordar la expresión plástica en la región, sino de las nuevas estructuras críticas y posibilidades expositivas que han provocado mayores o menores aperturas.Así,paralelamente a su trabajo de taller, asume igualmente su propia conceptualización teórica, buscando proyectarka hacia un trabajo colectivo como curador, docente y organizador, articulando un pensamiento y una escritura simultáneamente a su producción personal.
La exposición de Vallecillo en TEOR/éTica, como un capítulo que sigue a “Panópticos”, presenta una serie de objetos y de pintura objetualizada.Hay que apuntar que el recurso al objeto ha sido para esta generación una posibilidad más y no un factor de ruptura, como lo fue para sus colegas pocos años mayores. Sin embargo, la decisión parte de una misma actitud: un discurso mental específico reflejado en una mirada que devela valores simbólicos tácitos en instrumentos, utensilios, herramientas, todos elementos de la vida diaria, de fácil acceso y reconocibles para cualquier persona en su función primaria, pero que cargan significados y connotaciones veladas para quien logra permear más allá de la mera intención práctica.La obra de artistas como Priscilla Monge (Costa Rica), que emerge de una interrogación intimista y la trasciende, ha sido marcada por los temores y las fobias, las agresiones y situaciones veladas dentro del terror de lo cotidiano, percibidas desde una óptica femenina, personal, inmersa en una sociedad que se asume como poco conflictiva.El conflicto personal de la otredad y de la agresión también ha estado tras las investigaciones de Patricia Belli (Nicaragua) con vestimentas y otros detalles personales.Raúl Quintanilla (Nicaragua) viene utilizando desde los años 90 objetos cotidianos y elementos de la cultura y la dieta popular nicaragüense para confrontar de manera mordaz una realidad política – e incluso militar – cargada de hipocresía y corrupción.
Dentro de la generación que empieza a trabajar alrededor del 2000, Darío Escobar (Guatemala), desarrolla una obra en sus inicios, desde una posición más ligada a una monstruosa hibridez entre la iconografía sacra barroca guatemalteca y la que define a la sociedad global del ocio y el entretenimiento, reflexionando así sobre dos momentos históricos a través de dos espacios reverenciales contrapuestos.Las primeras obras de Guillermo Tovar (Costa Rica) recurrían igualmente a elementos del universo infantil, del juego y al juguete mismo, que, alterados para subvertir su intención aparentemente inofensiva, evidenciaban vertientes absurdas del mundo adulto. Lucía Madriz (Costa Rica) y Leslie Milzon (Panamá),recurren más bien a lo doméstico para ironizar sobre ciertas prácticas ligadas al género.
Así, el objeto se ha convertido en parte integral de la praxis de las artes visuales, aunque con soluciones más o menos felices en su utilización.Es posible que, dentro de la región, el vínculo más fuerte de la obra de Adán Vallecillo sea con la de Priscilla Monge, quien se basa sobre un uso limitado de elementos en cada pieza, privilegiando más bien el significado que permite una lectura semiótica, y por un rechazo a cierto tipo de manualidad que condicionaría su interpretación, y hay algo de“aséptico” que liga la obra de Priscilla con la de Adán. Sin embargo, mientras Priscilla se nutre de la cultura cinematográfica y de recursos escenográficos, sobre todo, Vallecillo parte de una formación teórica y de un análisis de las formas de conocimiento, de la epistemología, de las relaciones entre arte y política, pero sobre todo de la intención de construir una estructura de pensamiento estético.Vale la pena apuntar que ambos coinciden en su interés por el universo carcelario, del confinamiento, de la marginalidad, que ambos han realizado proyectos en prisiones,pero igualmente, ambos coinciden en un juego visual sutil y seductor que hace la lectura más compleja, pues voluntariamente se aleja de la simplificación y la obviedad y al mismo tiempo establece una relación ambigua con el espectador que no sabe si dejarse seducir para ir más allá.
En su texto de artista que acompaña la exposición Denominaciones y Retroscopías, Adán Vallecillo plantea el concepto de denominaciones de origen como un andamiaje de catalogación, interpretación y quién sabe, de valoración de su propia obra.Llama la atención este término, relacionado con la geografía y la latitud en términos de unacalidad garantizada por la proveniencia de un territorio específico, delimitado. Este término, ligado sobre todo a productos de alimentación finos identificados a los “placeres de la vida” – vino, queso, hierbas aromáticas, té, café, tabaco…-, en el planteamiento de Adán remiten a un origen que denomina, pero vinculándose con fenómenos de conocimiento y de relación entre conceptos:el equilibrio, la orientación, la medición,la asepsia y la prótesis como denominaciones tienen una especie de contraparte respectiva en la normalización (por el temor a la disidencia, a la diferencia), la utopía (como posibilidad vital, pero también como manipulación ideológica), la razón (como precepto rector y autoritario), la violencia (al eliminar elementos contaminantes al status quo) y la fetichización (como la transposición de valores desde lo real hacia el artificio y el simulacro).Así, en algunos casos, este reflejo parece provenir de los excesos en la denominación de origen. En otros, se podría pensar en una transformación de la misma hacia un estadio superior o inferior, hacia la evidencia de una funcionalidad más o menos eficaz del poder, hacia un mayor o menor acercamiento/comprensión del entorno, en cualquier caso, se trata de límites, de niveles de actuación y de interacción social, de un conocimiento del mundo circundante. La geografía y la latitud remiten en esta obra a su pertenencia a un entorno particular: ciertos materiales o herramientas que componen los objetos, provienen de saldos o restos de inventario que solo se encuentran en su ciudad natal, ni siquiera en las ferreterías de San José, y se relacionan con un espacio físico-temporal diferente del presente.El contexto propio se refleja también en las referencias al mundo castrense, a la disciplina férrea en la higiene y al temor del contaminante – el foco infeccioso,la sedición, el desacato y el caos – todos elementos que ponen en peligro la jerarquía y el seguimiento al orden superior, una denominación de origen que abarca las cinco que Adán Vallecillo plantea, y que se encuentra en todas, ellas, el control.
Virginia Pérez-Ratton, marzo 2007
I “Estrecho dudoso”, curada por quien escribe y por Tamara Díaz, fue un evento de artes visuales realizado entre diciembre del 2006 y febrero del 2007 en todos los museos de San José y varios espacios públicos, incluyendo mas de 80 artistas, y para el cual se publicó un catálogo bilingüe y se realizó un documental.
II “Mesótica” fue el titulo de las tres exposiciones anuales que hizo el Museo de Arte y Diseño Contemporáneo de Costa Rica entre 1995 y 1998, respectivamente abstracción continental, arte centroamericano e instalaciones. La mesótica centroamericana, en 1996, marcó un punto de inflexión no solo en la región sino fuera de ella, ya que itineró en Europa durante más de un año y cambió en buena medida la percepción exotizante que se tenía hasta entonces del arte de la región.
III “Panópticos” fue una exposición individual realizada en el año 2005 en el antiguo local de la galería Portales en Tegucigalpa.
INFORMACIÓN
ARTISTAS: Adan Vallecillo (Honduras, 1977)
SALAS: TEOR/ética
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