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ACERCA DE LA EXPOSICIÓN
»Superhéroes» y sus ficciones urbanas
11 marzo – 16 mayo 2015
Ni los superhéroes, ni los antihéroes, ni los guachimanes forman parte del cuerpo policial del Estado. Sin embargo, todos ellos impactan a la sociedad y tienen influencia sobre el ciudadano, sin que exista ningún control. Pero ¿quiénes son esos personajes ‒reales y ficticios‒ que se afanan de tener autoridad para salvaguardar la seguridad y reprimir las “maldades” contra las personas comunes que habitan y transitan en las ciudades?
En este sentido, el artista Carlos Llobet Montealegre parte de una pregunta utilizada en variadas situaciones para cuestionar quiénes son los que ejercen el poder sobre la propiedad pública y la privada ¿quién vigila a los que vigilan?, y propone una analogía satírica entre los superhéroes de los cómics, los antihéroes y los guachimanes en Costa Rica.
A partir de serigrafías intervenidas con esténcil y pintura en spray, Llobet realiza una serie de apropiaciones de portadas de la era dorada de los cómics, y sustituye elementos icónicos por nuevos “héroes anónimos” fantásticos.
Los superhéroes son personajes de ficción. Son un arquetipo que encarna el conjunto de las aspiraciones colectivas. Por eso son fijados en una representación emblemática que los hace fácilmente reconocibles. En su mayoría, tienen súper-poderes que utilizan para defender desinteresadamente a los indefensos.
Los antihéroes son también personajes de ficción, pero poseen características contrapuestas a las de los superhéroes y hay que distinguirlos de los supervillanos. Al igual que los superhéroes, los antihéroes realizan actos «heroicos», pero a diferencia de los primeros, lo hacen con intenciones solapadas y se rigen por valores opuestos a los reconocidos por la sociedad en la que viven. A diferencia de los superhéroes o supervillanos, los antihéroes actúan de esa forma porque su pasado fue doloroso y oscuro. Por eso, ellos viven en una zona “gris” de la sociedad y de la actividad heroica.
El guachimán ‒término derivado de la palabra inglesa watchmen‒, se refiere a aquellas personas encargadas de vigilar y cuidar bienes o personas, principalmente automóviles estacionados en la vía pública. Los guachimanes son personas de carne y hueso que se apropian del espacio público y hacen usufructo de él con la excusa de vigilar los carros. Lo hacen sin ninguna regulación del Estado y sin el consentimiento ciudadano.
Al igual que los superhéroes, los guachimanes tienen una identidad secreta que les permite ejercer sus acciones “heroicas” como incógnitos sin revelar su verdadera condición.
Generalmente, los superhéroes se ocultan bajo llamativos disfraces ajustados que se cambian según la ocasión. La estética de los guachimanes es distinta. Ellos despliegan un disfraz genérico compuesto por un chaleco con bandas fosforescentes, una gorra y a veces una macana. Bajo esta indumentaria los guachimanes ocultan su historia personal, la cual permanece desconocida para la gran mayoría de la gente. Mientras en los cómics existe un Clark Kent para Superman o un Peter Parker para Spiderman, en la vida real no se conoce a un Luis para papillo o a un Jaime para machillo.
Cualidades como la astucia, la observación y la rapidez son atributos que complementan los súper-poderes que los superhéroes usan para luchar contra el crimen y resguardar el bienestar de los ciudadanos. De manera similar, los guachimanes despliegan un espíritu de observación altamente desarrollado y corren a velocidades extraordinarias para recoger su recompensa. De igual manera desaparecen con gran rapidez si algo sale mal.
Las historias de los superhéroes y la de los antihéroes son reinterpretadas continuamente para que puedan adaptarse a los cambios sociales. La proliferación de los guachimanes se relaciona con las transformaciones políticas y urbanas y con la idea de seguridad ciudadana. Estos cambios reflejan un viraje en la percepción sobre el papel de los superhéroes, y sobre aquellos personajes que se mueven en la zona gris del anonimato como los antihéroes o los guachimanes. Sin embargo, estos últimos tienen una presencia constante que les permite ejercer cada vez más el control sobre el espacio público en las ciudades de Costa Rica.
Carlos Llobet Montealegre es egresado de la Escuela de Grabado de la Facultad de Bellas Artes de la Universidad de Costa Rica. Además de las técnicas propias del grabado, le interesa explorar alternativas a las copias múltiples y enfocarse en hacer obras únicas basadas en la multiplicidad del grabado. Además es ilustrador y pintor, especialmente interesado en el streetart.
INFORMACIÓN
ARTISTAS: Carlos Llobet Montealegre
SALAS: Poligráfica
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