Infancia

CURADOR: Paulo Herkenhoff

FECHAS EXPOSICIÓN: Agosto – Noviembre 2002

Louise Bourgeois nació en París en 1911 y vive en Nueva York desde 1938. Su estudio se encuentra en los alrededores de la calle 23 en Chelsea. Ella es al mismo tiempo una de las escultoras más importantes del siglo 20 y una de las artistas cuyo reconocimiento ha sido más tardío: no fue sino hasta la edad de 70 años que se dio su consagración artística, con una gran exposición individual en el Museo de Arte Moderno de Nueva York en 1981. En estos momentos, se la saluda como una de las artistas que más ha contribuido a la innovación material y conceptual de la escultura, sobre todo a partir de los años setenta, y como figura emblemática en el discurso de la sexualidad femenina y en la presencia de lo psicoanalítico en el arte.

Louise Bourgeois estudió en París en los años 30, luego emigró a los Estados Unidos con su esposo en 1938. Su obra temprana ya se nutría del mundo diario y doméstico de la esposa y la madre, pero también de los temores de pérdida, de la ansiedad y la angustia, y del aislamiento cotidiano: esculturas y dibujos como mutaciones metafóricas de casas y retratos de mujeres, y las estelas totémicas cuyos títulos presentaban innumerables referencias (Retrato de C.Y., 1947-49; Ciego guiando al ciego, 1947-49; Mujer depresión, 1949-50). Estos trabajos pueden leerse en el contexto de las exposiciones de arte precolombino y oceánico que se dieron en Nueva York durante esa época, pero también del trabajos de los surrealistas. Sin embargo, ella establece una cierta distancia con ellos, sobre todo con Breton y Duchamp, y al respecto comentaba: “Estaban demasiado cerca de mí y yo objetaba su pontificación. Como yo era una desertora, las figuras de padre por estos lares me molestaban”.

El amplio espectro de la producción de Louise Bourgeois va desde lo abstracto hasta lo representacional, desde pequeños dibujos y gráfica precisa hasta talla en mármol, modelado en materiales industriales y grandes instalaciones. Sus referencias formales pueden extraerse de artistas de Rodin a Brancusi y hasta Bruce Nauman; sin embargo Bourgeois logra producir un cosmos original y radicalmente subjetivo.

Objeto de una gran retrospectiva en el Museo Reina Sofía de Madrid en 1999-2000, y de otra gran exposición en la Tate Gallery de Londres, Louise Bourgeois fue la artista que presentó el pabellón norteamericano en la Bienal de Venecia de 1993 y su obra ha estado presente en la mayor parte de las bienales y eventos internacionales mayores. Se han realizado ediciones magníficas relacionadas con su obra. Sus piezas están en las colecciones institucionales y privadas más importantes del mundo y la bibliografía de su trabajo es extensísima.

Su vigencia y su permanencia dentro de los discursos más actuales quedan evidenciadas en su presencia en la reciente XI Documenta de Kassel y para la cual el curador seleccionó una serie denominada Celdas, que Bourgeois ha venido trabajando desde 1985 y que constituyó una expansión radical de su trabajo en el espacio. Los aposentos internos de estos trabajos son enciclopedias de memorias accesibles—el escenario y el refugio del sujeto. Tal como sucede con sus Dibujos del Insomnio (1994-1995), dibujos realizados durante sus incontables noches de vigilia, los fragmentos de memoria y las metáforas de las Celdas están anclados en su propia existencia; sin embargo, el poder expresivo que les confiere la artista hace que trasciendan la sola pertenencia a esa memoria.

En los últimos años ha realizado esculturas en materiales suaves como paño y tela, y dedica gran parte de su tiempo a trabajar la punta seca en láminas de cobre. La exposición que presenta TEOR/éTica a partir del 27 de agosto reúne cerca de 40 trabajos de los años 1999 a 2001, con el tema de la infancia. Esta muestra ha sido curada por Paulo Herkenhoff, curador adjunto del MoMA, con la colaboración del Louise Bourgeois Studio y el patrocinio personal de la artista. A sus 90 años, Louise Bourgeois sigue trabajando sistemáticamente en su obra artística y observando críticamente su entorno, con una mirada aguda y llena de ironía hacia su medio. Su avanzada edad le impide la movilidad para asistir a exposiciones, sin embargo, una visita a su taller y a su estudio, donde cada domingo recibe un grupo de personas variadas a partir de las seis de la tarde, reuniones que son grabadas en video por uno de sus asistentes, constituye una experiencia particularmente impactante.

Virginia Pérez-Ratton

Agosto 2002.